He encontrado este pequeño texto sobre codependencia escrito por Mtra. Alejandra Buggs Lomelí, en http://saludmentalygenero.com.mx/lazos-que-atan-relaciones-de-coodependencia/, y me gustaría compartirlo con vosotros. Aquí está:
¿Alguna vez te has preguntado por qué existen personas a quienes les cuesta trabajo terminar una relación de pareja que no les es satisfactoria y prefieren aferrarse a una falsa seguridad en una relación destructiva, triste y difícil?
La dependencia emocional es la necesidad afectiva extrema que una persona siente a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja y es el resultado de necesidades emocionales que no fueron atendidas por personas significativas durante la infancia.
Una o un dependiente emocional reacciona contradictoriamente cuando es maltratado; en lugar de desapegarse de quien le daña se culpa a sí mismo diciéndose cosas como: “me grita porque me lo merezco, porque no hago bien las cosas, porque no estoy respondiendo bien”
Cualquier relación que limite los sentimientos, pensamientos y acciones propias, se convertirá en una relación de dependencia emocional y puede llevar a la persona al aislamiento y al autoencierro.
Algunas de las reacciones consecuencia de la dependencia emocional, son los celos, la desconfianza, la inseguridad y la envidia, sentimientos que lastiman profundamente la autoestima de quien les experimenta.
DEPENDENCIA Y AMOR
Toda persona desea ser amada y dar amor, es una de las necesidades básicas del ser humano.
A veces lo que parece ser amor con frecuencia no lo es.
El amor es una actitud, sin embargo, la cultura y la educación nos han enseñado que amor es dependencia, que amar a los demás es una virtud y amarse a uno mismo es un acto de egoísmo.
La realidad es que el amor a los demás se nutre del amor propio, es decir, si yo me amo a mi mismo entonces no tendré necesidad de buscar aprobación ni afirmación de los otros y encontraré el afecto primero en mi.
Son las mujeres quienes en mayor grado llegan a establecer relaciones de codependencia, debido a los mandatos de género impuestos desde la infancia de servir a los demás, de ser para los otros, de cumplir con los tres ejes primordiales que son la maternidad, el cuidado del hogar y la atención a la pareja, funciones que desafortunadamente refuerzan la dependencia de la mujer.
Dejar de ser dependiente y ya no sufrir por amor no es tan sencillo ni es algo fácil de lograr en una cultura patriarcal como la nuestra, sin embargo, sugiero como primer paso hacia el cambio iniciar un proceso psicoterapéutico que te ayude a revisar tu historia y a revalorarte sabiendo que eres una persona importante.
Cuando reconozcas tus cualidades y fortalezas y lo que vales, ya no adaptarás tu conducta a los criterios y expectativas de nadie.
Si logras amarte a ti mismo podrás amar verdaderamente a otros y ya no tendrás que recurrir al chantaje emocional, a la invasión de la vida del otro o de la otra, a la posesividad ni a la dependencia para sentir que alguien te ama y serás capaz de experimentar el placer que se siente al amar sin esperar nada a cambio.
Realmente es posible amar libremente y por tanto amar sin dependencia.
¿Alguna vez te has preguntado por qué existen personas a quienes les cuesta trabajo terminar una relación de pareja que no les es satisfactoria y prefieren aferrarse a una falsa seguridad en una relación destructiva, triste y difícil?
La dependencia emocional es la necesidad afectiva extrema que una persona siente a lo largo de sus diferentes relaciones de pareja y es el resultado de necesidades emocionales que no fueron atendidas por personas significativas durante la infancia.
Una o un dependiente emocional reacciona contradictoriamente cuando es maltratado; en lugar de desapegarse de quien le daña se culpa a sí mismo diciéndose cosas como: “me grita porque me lo merezco, porque no hago bien las cosas, porque no estoy respondiendo bien”
Cualquier relación que limite los sentimientos, pensamientos y acciones propias, se convertirá en una relación de dependencia emocional y puede llevar a la persona al aislamiento y al autoencierro.
Algunas de las reacciones consecuencia de la dependencia emocional, son los celos, la desconfianza, la inseguridad y la envidia, sentimientos que lastiman profundamente la autoestima de quien les experimenta.
DEPENDENCIA Y AMOR
Toda persona desea ser amada y dar amor, es una de las necesidades básicas del ser humano.
A veces lo que parece ser amor con frecuencia no lo es.
El amor es una actitud, sin embargo, la cultura y la educación nos han enseñado que amor es dependencia, que amar a los demás es una virtud y amarse a uno mismo es un acto de egoísmo.
La realidad es que el amor a los demás se nutre del amor propio, es decir, si yo me amo a mi mismo entonces no tendré necesidad de buscar aprobación ni afirmación de los otros y encontraré el afecto primero en mi.
Son las mujeres quienes en mayor grado llegan a establecer relaciones de codependencia, debido a los mandatos de género impuestos desde la infancia de servir a los demás, de ser para los otros, de cumplir con los tres ejes primordiales que son la maternidad, el cuidado del hogar y la atención a la pareja, funciones que desafortunadamente refuerzan la dependencia de la mujer.
Dejar de ser dependiente y ya no sufrir por amor no es tan sencillo ni es algo fácil de lograr en una cultura patriarcal como la nuestra, sin embargo, sugiero como primer paso hacia el cambio iniciar un proceso psicoterapéutico que te ayude a revisar tu historia y a revalorarte sabiendo que eres una persona importante.
Cuando reconozcas tus cualidades y fortalezas y lo que vales, ya no adaptarás tu conducta a los criterios y expectativas de nadie.
Si logras amarte a ti mismo podrás amar verdaderamente a otros y ya no tendrás que recurrir al chantaje emocional, a la invasión de la vida del otro o de la otra, a la posesividad ni a la dependencia para sentir que alguien te ama y serás capaz de experimentar el placer que se siente al amar sin esperar nada a cambio.
Realmente es posible amar libremente y por tanto amar sin dependencia.